Un problema que planteaba alguien hace unos días en la Comunidad de Google+, acerca de su wi-fi, y que no pude solucionar, me trajo a la mente como había ido evolucionando yo todos estos años en mi relación con el sistema del pingüino, y me di de cuenta de que algo estoy haciendo mal.
Mis inicios fueros como los de la mayoría que ahora solamente usamos GNU/Linux
Empecé allá por el año 2002.
A finales del 2001 había comprado mi primer PC, tras no pocas intentonas, ya desde antes de Windows 98, estando todavía como «lo más de lo más» Windows 95.
El caso es que, a finales de 2001 me decidí ¡por fin! a comprar un PC.
Recuerdo bien que su precio, incluida una impresora Epson y un escanner no me acuerdo la marca (creo que Epson también) fuera de 238.000 pesetas….1.400€ de los de ahora….toda una pasta…..
Recuerdo bien que había preparado unas 20.000 pesetas para pagar el sistema operativo. Acababa de salir Windows XP, y era lo que costaba la versión Home.
Yo creo que su fondo de pantalla predeterminado debe ser una de las imágenes más vistas de la historia informática:
Ya en ese momento me extrañó que el vendedor me estaba instalando el Windows Millenium «gratis».
Era a finales de 2001, como digo, y el vendedor me comentaba que todavía no dieran con la tecla para poder instalar el último sistema de Microsoft, el Windows XP, en los ordenadores que les diese la gana, de forma que no diese ningún problema.
Vamos….que les estaba costando poder piratearlo sin problemas.
Además, me comentaba que en cuanto acabase me instalaría «gratis» también el Office.
Yo, inocente de mí, alucinaba con la «enorme generosidad» de aquel vendedor.
El caso es que me llevé un PC a mi casa con esos dos sistemas, Windows Me y Microsoft Office instalados por la cara y sin haber gastado un duro, muy agradecido al vendedor por su «generosidad».
El caso es que empecé a trabajar con el PC y no tardaron en llegar los primeros problemas en forma de virus.
Especialmente doloroso era aquel, de cuyo nombre no quiero acordarme, que te reiniciaba continuamente la máquina y que te infectaba ya nada más instalar el sistema y conectarte a Internet.
No sé la de veces que formateé mi disco duro por aquel entonces, pero si no batí el récord mundial, poco me faltó….
Era facilísimo infectarte: simplemente abriendo un correo con el Outlook Express que viniese con un adjunto, aunque a este no lo tocases, como estuviese infectado, eras carne de cañón.
Fue entonces cuando compré dos programas. Sí, los compré, ya que a mí eso de la piratería me sonaba a chino.
Y fueron un antitroyanos y el antivirus Panda.
Este último me dio más dolores que el pero de los dolores de muelas que pueda llevar pasado.
Entonces vas haciendo camino y ves que hay que andar pagando por casi todas las cosas buenas que te podías instalar, como el Nero para grabar CD’s o el Bat para los correos.
Fue entonces cuando lei algo que cambió mi vida para siempre.
Yo era muy asiduo lector de revistas informáticas y en una de ellas hacían una comparativa de navegadores de Internet. En esa comparativa estaban los clásicos como Explorer, Netscape u Opera, pero también hablaba maravillas de un navegador muy modesto, pero que había impresionado al redactor y, además, era Software libre (sin yo saber muy bien que era eso), y que no era otro que Phoenix 0.4.
Eso, unido a mi afán de toda la vida de apoyar siempre los proyectos modestos, hizo que me interesase por el navegador y, de paso, por eso del «software libre».
Y ahí, años 2002-2003, es cuando empiezo a recabar información acerca de eso de «las distribuciones Linux».
Por aquel entonces no eran, ni por asomo, lo fáciles de instalar que son ahora, aparte de que el reconocimiento del hardware todavía estaba en pañales. Por ejemplo, para que me reconociese mi módem USB de 256Kb tuve que sudar tinta. Luego ya con los router vía tarjeta de red era mucho más sencillo, pero hasta dar con ese tema….pasé un buen calvario para poderme conectar en Linux a Internet.
Mi primera distro fue Mandrake, ya que era la que se recomendaba para los neófitos en el tema. Y tengo que decir que era «relativamente» sencilla de instalar. Quizás lo que más recuerde de aquellos tiempos fue como aprendí la necesidad de sacar copias de seguridad regularmente: me dispuse a hacer una instalación sin sacar copia previa de mis datos y….formateé sin darme de cuenta la partición de Windows xp….:-(
Así lucía:
El caso es que, poco a poco, me fui dando de cuenta de que mi sitio estaba al lado de los «pequeños», lejos del mastodonte que representaba Microsoft.
Y en esas que empecé mi periplo acerca del mundo libre y, porque no decirlo, gratuito.
Di con mis huesos en una tal Debian, aunque también es cierto que era mucho más complicada de instalar que Mandrake.
También, ya hacía mella en mí el distrohopping, probé Suse, y tengo que reconocer que nada más instalada me parecía especialmente bella, pero yo tenía metido entre mis cejas Debian y tenía que seguir intentándolo.
La culpa era de la paquetería .deb, mucho más liviana y rápida de usar que los RPM’s de Suse o Mandrake, aunque Suse con Yast te lo facilitaba todo mucho, si te acostumbrabas a manejar .deb, luego ibas con los RPM’s y se te hacían muy pesados, la verdad.
Pero claro….manejar Debian era algo, bastante, más complicado.
Y en esas se me abrió el cielo y por fin vi la luz cuando salió Ubuntu, años 2004-05.
Era como Debian, o casi, pero todo mucho más intuitivo y fácil de usar. Linux para seres humanos, decían. Aparte de que me enganchó el significado de la palabra y que era, a la postre, su lema: «Humanidad para los demás».
Aunque, también tengo que decir que una de las primeras cosas que hacía era cambiarle los colores e iconos por algo más azulado:
Y así fui instalando versión tras versión de Ubuntu cada 6 meses. Pero quería algo más.
Siempre digo que los usuarios de GNU/Linux somos algo masoquistas por definición. Tenemos tendencia a complicarnos las cosas. Y mi complicación consistía en instalarme la versión de servidor, a pelo, para luego irle añadiendo los diversos componentes que necesita todo sistema para funcionar.
Aparte de hacer que tu sistema fuese más rápido y consumiese menos RAM, hacía que entendieses mejor como funcionaban las cosas y aprendieses mucho más que si el sistema ya te lo trae todo por defecto.
Recuerdo el gnome-volume-manager…..
Era un camino duro, no siempre fácil, pero muy enriquecedor y lleno de experiencias que hacían que te vieses capaz de resolver cualquier problema que surgiese, a ti o a otras personas.
Pero como todas las historias bonitas, no pueden ser eternas y tienen su fin, y el mío llegó cuando Ubuntu sacó Unity.
Y ahí cometí mi gran error. En vez de volver a Debian, me tiré por el camino fácil y me recogí en los brazos de Linux Mint, distribución que recomiendo con los ojos cerrados a todo aquel que se aproxime por primera vez a Linux, pero que funciona todo tan bien, a la primera, que hace que te vayas acomodando y te olvides de trastear en las tripas del sistema.
Y claro….funciona bien…..hasta que falla, o no nos da lo que necesitamos en ese momento, como ocurrió en el caso que nombraba al principio con el usuario que tenía problemas con su wi-fi.
Y es aquí donde me doy de cuenta de que, en muchos aspectos, retrocedí en vez de avanzar en mi periplo con GNU/Linux.
Y creo que llegó el momento de volver a recuperar viejas sensaciones.
De momento escribo esto desde Debian….continuará.
Nos leemos gente.
Salud y república 😉
Hola Juan,
Mi experiencia es similar a la tuya, aunque yo tuve la suerte de tener mi primer PC en el año 1991, eso si era un 80286. El primer Pentium lo tuve sobre el año 1997 más o menos, y lo tenía con el sistema Windows 95, claro, todo comprado en la tienda, ejem. Unos años más tarde, en la frontera del milenio, en el kiosko empezaron a aparecer revistas que venían con distribuciones muy extrañas, una de ellas tenía como logo un tipo con sombre rojo : ) Las fui probando (creo que eran Mandrake y Red Hat basicamente) …, sinceramente por entonces uno de mis principales intereses eran los juegos, así que dichos sistemas no duraban mucho en mi PC. Fueron pasando los años y finalmente me encontré con Debian, y eso lo cambio todo, fue un flechazo a primera vista. A principio tenía Windows en una partición y Debian en la otra, con el paso del tiempo en todos los equipos de mi casa sólo tengo GNU Linux, ya sea Debian, o la maravilla para mi que es openSUSE. En el trabajo después de años de ser muy pesado he conseguido que parte de los servidores funcionen con GNU Linux, los puestos de trabajo ya es otra historia, a ver si de aquí a unos años… : )
Saludos!!
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Tu historia tiene ciertos puntos en común con la mía en los inicios, como la impresora Epson, el año que me compré mi primer PC (sólo un año después que tú), y el primer SO que usé fue casi el mismo, el Windows 98, segunda edición.
Mi primer acercamiento a GNU/Linux fue con una copia de Red Hat Linux que venía con una revista. Lo intenté instalar una noche, algo salió mal y casi me cargo todo el contenido del disco duro.
No sé ni cómo puede salir del apuro, teniendo en cuenta que en esa época no tenía Internet a mano.
Estaba pensando en escribir una entrada de este tipo y continuar contando cómo he llegado hasta el punto de no necesitar Windows para nada. A ver si me animo y la redacto un día de estos.
Un saludo, Juan.
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Un saludo a ambos, David y José. Gracias por comentar.
Yo la primera vez que leí algo de una distro Linux fue de una tal Caldera….
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Yo también empecé con Mandrake, y por la misma razón que el autor, por que todos decían que era la más fácil para instalar y se parecía a windows. Esto debió ocurrir hacia el año 2003, y recuerdo que la batalla para que me reconociera el moden de mi portatil fue el punto culminante de mi ingreso en linux. Aquello fue el parto de los montes, pero lo conseguí, aún debe haber en el foro de mandrake un tutorial que hice a partir de mi logro.
Con la conexión funcionando empezó mi aventura con el software libre, compré un dell en el 2005, que aún fuinciona perfectamente con Mageia5, y en ese portatil creo que han estado instaladas casi todas las distribuciones, Suse, Debian, Ubuntu, Slackware, MInt, ……..
Desde hace años no tengo windows en mi casa, y la torre que uso habitualmente tiene un arranque dual archlinux, lInux mint desde hace cinco años y va todo tan bien que me estoy aburguesando. Hace muchisimo que no formateo, instalo, reinstalo, recupero archivos, particiones. Lo dicho los años me han llevado a la comodidad.
Un saludo
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Yo todavía hoy tengo pesadillas con mi modem USB de Ya.com….
Pero mira….todo aquello te ayudó a enriquecerte y a valorar más las cosas cuando las consigues.
Un saludo, y gracias por comentar.
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Yo llegué a linux hace años por carambolas de la vida, recuerdo haber visto lo de linux en aquellas revistas que traían distros para probar y venía Knoppix que en aquel entonces, los sistemas que se podían ejecutar en live eran pocos. A los meses, un colega de un grupo de esperanto al que iba, me pasó unos discos que le habían llegado GRATIS por correo, era ubuntu 5.04.Fue el primer sistema que tuve instalado en el ordenador y recuerdo la de foros que tuve que tragarme para que me reconociera el software. Posteriormente tuve unromance con Fedora, que fue mi distro favorita una buena temporada (2010 o así) donde conocí arch y ya me quedé aunque ahora uso una derivada.
Qué recuerds me ha traído tu escrito, por ejemplo el netscape, ese navegador que cayó en el olvido pero que era francamente bueno frente a otros mayoritarios.
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Es cierto lo de Netscape. Todavía lo estoy viendo en la pantalla con aquel tema en tonos grises….pero en su guerra con Explorer llevaba las de perder, precisamente por venir este último preinstalado ya en el SO que, por aquel entonces, tenía casi todo el mundo.
Otra cruzada que hubo que librar fue aquella de las páginas que recomendaban Explorer, incluso alguna, no se visualizaba bien si no era con el navegador de Microsoft….
Gracias por comentar.
Saludos.
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